Las mil y una facetas del elefante rosa

 “Las mil y una facetas del elefante rosa”


-Todo es mucho más simple de lo que parece-


“Imagínese una esfera perfecta de cristal transparente levitando en el interior de una gran caja de luz homogénea. Por muchas fotos que realizáramos, desde cualquier ángulo, la imagen de la Esfera sería idéntica y sin cambios. Lamentablemente, la Realidad se parece más a fotografiar un elefante que una esfera y, en el caso de la Rosacruz, nuestro elefante es de color rosa”


Durante los años que llevamos divulgando acerca de la Rosacruz, no hemos hecho otra cosa que fotografiar a nuestra protagonista desde mil y un ángulos diferentes; pero la Verdad es mucho más simple de lo que aparenta y si pudiésemos tomarle una foto holográfica, veríamos que nuestro elefante rosa adquiere una simpleza sin parangón y tan elegante como la imagen de la esfera.


“Todo podría resumirse en que Todo es Uno o que todos somos el Uno”


En realidad, nuestra esfera de cristal representa la Verdad inmanifiesta e invariable y nuestro elefante rosa la ilusoria realidad vista desde casi infinitos puntos de vista. La diferencia entre las diferentes tomas no es otra cosa que mera ilusión producto de las distorsiones que provocan las  leyes que rigen en éste Mundo.


Dios es todo y uno, nada puede existir fuera de Él, dado que Dios lo cubre todo y el afuera no existe, el Pleroma.


De ésto se deduce que todo, incluidos nosotros, estamos constituidos de la misma sustancia de Dios y que vivimos, sentimos y somos conscientes en y dentro de Él; es decir, todo es y todos somos consustanciales con Dios.


La Esencia de la que está constituido Dios, la Plenitud del Pleroma, puede denominarse de muchas maneras, según nuestra limitada percepción; desde Éter hasta Amor y es por ello que decimos que Dios es Amor y, por lo tanto, el Éter es Amor y el Amor nos cubre e interpenetra a todos.


Todo podemos explicarlo y cobra sentido cuando entendemos que los absolutos, como la perfección, no existen más que como una entelequia en nuestra limitada imaginación. Solo así podría entenderse un Mundo imperfecto sin la intervención de una Entidad maquiavélica o un Dios demoníaco.


El Mundo es producto de un error de concepción por parte del Creador, la Voluntad Creadora del Pleroma, y que debe de ser corregido mediante la Vida y la experiencia; así como un buen arquitecto se perfecciona aprendiendo de los errores cometidos. El error es pensar que Dios es Perfecto y que es imposible que pueda cometer errores. Tengamos en cuenta que el Mundo de los Efectos no es otra cosa que un mero reflejo de lo preexistente, en forma de ideas, en el Pleroma.


Así vivimos en una esfera dentro del Pleroma; pero, al mismo tiempo, aislada del Pleroma, con el fin de que los acontecimientos nuevos, dentro de la Esfera, no afecten fuera de ésta, al resto del Pleroma. Digamos que el Mundo es un producto defectuoso contenido mediante una membrana esférica y esa membrana que separa al Mundo del resto del Pleroma no es otra cosa que el Mundo Cuántico.


La Conciencia es la herramienta del Pleroma, dentro de la Esfera del Mundo, que utiliza Éste para solventar la anomalía original y que convierte a nuestro Mundo en imperfecto; es por decir así, que los seres conscientes somos la Fuerza Curativa encargada de extirpar el error de la Creación, y ésto pasa por su definitiva eliminación tras un previo proceso de transformación absoluta o transmutación. A eso los Rosacruces lo denominan como Proceso de Cristificación y cuyo resultado final es la Transfiguración; en tanto que el error no puede ser transmitido al resto del Pleroma y que lo corrompido, previamente, debe de ser modificado y restituido antes de poder ser asimilado por el propio Pleroma.


Esa Fuerza Curativa y Consciente, dentro de nosotros, no es otro que Cristo, la Chispa de Espíritu Divino que interpenetra en todo lo existente; pero que solo nos resulta evidente en los objetos animados que manifiestan una conciencia de sí mismos.


Esta es la única y majestuosa Verdad que se esconde tras las mil y una imágenes de nuestro, aparentemente complicado, elefante rosa; pero lo cierto es que todo es tan simple como esa majestuosa esfera de cristal transparente que aparece idéntica en cada fotografía, independientemente del punto de vista desde el que hayan sido tomadas.


Resumiendo: 


Dios es el Uno y el Todo; pero, en modo alguno es perfecto, aunque sea el culmen de la contínua, eterna e ilimitada Perfección.


El Mundo es producto de un complicado diseño, realizado por el Eón Sophía, emanación del propio Pleroma, y llevado a cabo por su propia emanación, el Demiurgo, que contiene un minúsculo error que lo convierte, al Diseño, en imperfecto.


El Hombre, con el aliento vital del propio Demiurgo Creador  fragmentado, es el Cirujano enviado, al Mundo, por el Pleroma, para detectar el error y poder corregirlo.


Cristo es la Herramienta consciente, el fragmento del Demiurgo en la forma de Átomo Chispa de Espíritu del Pleroma, contenida en el Hombre materia-personalidad, que puede realizar dicha labor de curación quirúrgica.


La Operación consiste en recopilar toda la información de la Creación, detectar el error y aislarlo para su sublimación más que eliminación, destruir, en su totalidad, la construcción errónea para realizarla o reconvertirla, de nuevo, libre de cualquier defecto, para al final, sumarla como una Unidad visible, tangible y verdadera al resto del Pleroma, en la Figura del Nuevo Hombre Cósmico o Adam Kadmón; que al propio tiempo también es la Nueva Creación con cielos nuevos y tierra nueva.


Aquí tienes, mi Querido Amigo, tu simple bola de Cristal; pero que contiene al complicado elefante rosa que representa a nuestra elegante y majestuosa Rosa Cruz, fuente de la Gnosis o Conocimiento Divino.


Frater Toni (Hermano Lego R+C)