El Mensaje a la Iglesia de Éfeso

 “El mensaje a la Iglesia de la Ciudad de Éfeso”


-Ciudad de la Diosa Madre, que fuera fundada por las amazonas-


A.M.L. “Rosa Mística” de la F.R.A. en España


¡Paz, Tolerancia, Verdad!


“Escribe al ángel de la iglesia en Éfeso: El que tiene las siete estrellas “los egregores de las siete comunidades cristianas” en su diestra, el que anda en medio de los siete candeleros de oro “La Gnosis Divina”, dice esto:

Yo conozco tus obras, y tu arduo trabajo y paciencia; y que no puedes soportar a los malos, y has probado a los que se dicen ser apóstoles, y no lo son, y los has hallado mentirosos; y has sufrido, y has tenido paciencia, y has trabajado arduamente por amor de mi nombre, y no has desmayado. Pero tengo contra ti, que has dejado “la pasión de” tu primer amor. Recuerda, por tanto, de dónde has caído, y arrepiéntete, y haz las primeras obras “retoma tú pasión perdida”; pues si no, vendré pronto a ti, y quitaré tu candelero “la Luz del Conocimiento” de su lugar, si no te hubieres arrepentido. Pero tienes esto, que aborreces las obras de los nicolaítas “quienes comparten las costumbres impropias de la idolatría”, las cuales yo también aborrezco. El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu “de Dios” dice a las iglesias. Al que venciere, le daré a comer del árbol de la vida “la Salvación de la Vida Eterna”, el cual está en medio del paraíso de Dios.”


Cuando se trata de interpretar las Sagradas Escrituras, no podemos quedarnos en su superficie; es decir, en lo que se conoce como “Letra Muerta”; sino que debemos escudriñar dentro de sus más insondables profundidades. 


No es baladí el que el primer Mensaje del Espíritu de Cristo vaya dirigido a la Comunidad Cristiana constituida en la Ciudad de Éfeso. Una Ciudad que, según la Leyenda, fuera construida por las antiguas amazonas de la Mitología Griega en honor de la Diosa Madre.


Así Juan, comienza su disertación hacia las siete Iglesias de Asia por Éfeso, no con cualquiera de las otras seis iglesias, con el fin de hacer notar la importancia simbólica del significado femenino, hoy se diría feminista, de Éfeso. Un lugar cuyo nombre ensalza la Fuerza Espiritual Femenina y la Maternidad.


Una buena Iglesia, recordemos que cada uno de nosotros somos Templos del Dios Pleno, ya sea, en éste sentido, individual o colectivo, no puede consentir obras que vayan en contra del Amor de Dios; así, el Ángel ensalza éstas obras y el buen hacer, de la Iglesia, en ese sentido. El Ángel no comienza exhortando o reprochando las malas acciones del Egregor de la Iglesia en Éfeso. Esto va para aquellos que predican acerca de que la Salvación es por la mera y simple Fe, cuando se ha dicho que “La Fe sin Obras es Fe Muerta”; es decir, inexistente.


A continuación el Ángel comienza con su exhorto de que en la Iglesia de Éfeso echa en falta la fuerza del Primer Amor. Esto significa que se encontraba en un Estado de permanente rutina y que las buenas acciones, antes mencionadas, eran mero fruto de la inercia; es decir, que no se realizaban de forma consciente y de corazón sino simplemente porque es lo apropiado, lo que manda la costumbre Cristiana y porque lo dice Dios.


Con lo anterior se trata de indicar que no solo hay que aceptar lo que dice Cristo sino, también, identificarnos con Él; que nuestras buenas obras no sean sólo fruto de nuestra obediencia a determinados mandatos o Doctrina; sino que salgan de nosotros mismos, fruto de nuestra Genuina conversión al Amor de Dios.


Cristo no solo es el Espíritu Universal de Dios, el Hijo del Pleroma y sin el cual nada puede ser hecho, sino también y, al mismo tiempo, nuestro verdadero Ser Interno, en tanto que verdadero Hijo de Dios y que es nuestro Candelero, la Luz de la Verdad Divina; o sea, la Gnosis o el Conocimiento de uno mismo y de Dios. 


Esa luz puede, aparentemente, estar con nosotros si nuestro comportamiento está sincronizado con la Ley del Amor de Cristo; pero no será auténtica si es sólo fruto de la Obediencia a los preceptos de algún tipo de catecismo eclesiástico. La Genuina Gnosis estará luciendo, en nosotros, si las buenas obras de la Fe son, no sólo producto de nuestra convicción sino también de nuestra real transformación.


Por otro lado, aún siendo aprobados por combatir, dentro del Egregor, las influencias erróneas de los falsos apóstoles y profetas, somos amonestados por permitir la interferencia de las antiguas costumbres; es decir, de las prácticas impropias para la Ley del Amor y que proceden del Lugar donde nos encontramos, en éste caso Éfeso, la Ciudad que rinde culto a lo Femenino y construida en Honor a la Diosa Madre; es decir, a la Procreación.


Aquí, la costumbre de los Nicolaitas se refiere a una cierta transigencia con los frutos de la Idolatría y, muy importante, de la fornicación. Aquello que ha sido ofrecido como sacrificio a los ídolos es algo inmundo y que, en modo alguno, puede ser exorcizado para poder ser consumido sin daño alguno. Esto muy bien puede venir referido a la aceptación, por parte de los cristianos, de costumbres y festividades paganas como Halloween o Carnaval; pero, ojo, también de la Semana Santa y las fiestas de Navidad cuyos verdaderos orígenes no son cristianos sino paganos.


Aquí también se tiene en consideración, en tanto que frutos de idolatría, la fornicación; pero hay que explicar lo que es, en tanto que se viene, desde tiempos históricos, relacionando con el mero acto sexual. No, la Fornicación es dar prioridad a los impulsos sensuales sobre los espirituales. Recuerden, el Amor siempre bajo la Voluntad del Ser, Cristo; en tanto que, de lo contrario, sería del ser, del ego, y entonces sí sería fornicación.


El Sexo hay que descontextualizarlo tanto del Amor como de la Fornicación; en tanto que, cuando viene favorecido de lo alto; es decir, del Espíritu ya no es fornicación independientemente de lo que dicten las leyes humanas o eclesiásticas. Ahora bien, si el ayuntamiento procede de un mero impulso animal, entonces estaríamos hablando de fornicación.


Con lo anterior queremos indicar que no es fornicación cualquier tipo de relación sexual, sino solo aquellas idolátricas que hacen prevalecer el Culto a la Carne y las bajas pasiones por sobre al del Espíritu y sus elevados ideales; pero, esto que aquí exponemos, no puede servir de excusa para mantener conspicuas relaciones fruto del vicio y la lascivia. Ahora bien, sólo el Individuo, no hipócrita, conocerá cuando sus relaciones sean fruto del verdadero Amor o de la concupiscencia y entonces, sí, estaríamos hablando de Fornicación o Culto al Sexo en lugar de al Amor de Cristo.


Solo aquel que es capaz de controlar sus bajas pasiones y realizar buenas obras, propias de la verdadera Fe, tiene abiertas las puertas de la Iniciación y que no es otra cosa que la salvación de su Yo, su Conciencia y de la memoria de su vida, aquí en la Tierra.


En Luz, Verdad y Amor


¡Que las rosas florezcan sobre vuestra Cruz!


Frater Aralba R+C; S.C. de la F.R.A. de España; Linaje: Huiracocha, Camael, Amorifer