La Verdadera Naturaleza del Mal

 “La verdadera naturaleza del Mal”


-Cuando una Especie no tiene depredadores, la Naturaleza los crea de entre sus propios individuos-


Se dice que la oscuridad es la ausencia de luz, la falsedad es la ausencia de la verdad y que el Mal es la ausencia del bien; pero del mismo modo que si abrimos el interruptor de la luz sobreviene la oscuridad, así el mentiroso, conscientemente, no dice la verdad y el malhechor comete sus fechoría o el asesino comete, con alevosía, sus asesinatos.


Aquí no hablamos de que salte accidentalmente el fusible, digamos una falsedad ignorantemente o se realice un mal, por ejemplo un homicidio, sin verdaderamente pretenderlo. Hablamos del Mal absoluto que se realiza conscientemente por aquellos que carecen de empatía, los psicópatas, o aquellos que disfrutan viendo sufrir a sus semejantes, los narcisistas. 


Sería una falacia afirmar que no existe el mal; pero aquí la pregunta es ¿existe el Mal absoluto?; esto sería lo mismo que afirmar que existe un Dios como fuente del Bien y otro Dios como fuente del Mal o una eterna lucha entre las fuerzas del Amor y del Odio, lo cual nos resulta una aberración.


Es el desconocimiento de cómo funciona la Naturaleza, la Ignorancia, lo que nos hace percibir el Mal como algo con existencia propia; es decir, que es un Efecto sin causa o, dicho de otro modo: que el Mal poseyese una consistencia propia y no ser el resultado de una Serie de concatenación extraña de causas.


Si lo anterior fuese verdad, la oscuridad no desaparecería cuando damos al interruptor de la luz, la mentira se mantendría en contra, incluso, del interés del mentiroso y el malhechor y el asesino nacerían así, sin posibilidad alguna de redención. 


Estamos convencidos, firmemente, de que el Mal no posee existencia per sé sino que siempre posee un origen aunque, por mera ignorancia, nosotros lo desconozcamos o nos neguemos a investigarlo, aunque eso solo suponga enmascarar sus efectos mediante meros actos represivos y no verdaderamente educativos.


Así, la Naturaleza, mediante sus arcontes, recuerden sus legisladores automáticos (las leyes de la Naturaleza), siempre busca equilibrar la balanza de la Vida y cuando se produce un incremento, fuera de control, de una Especie, proporciona un depredador adecuado para que el equilibrio regrese al ecosistema; pero si, como en el caso de la Especie Humana, no existen tales depredadores porque ella misma, sus miembros, los han eliminado, hace que los depredadores necesarios para mantener el equilibrio surjan de la propia Especie.


Pongamos el Caso de una Sociedad estable y tranquila que ha permanecido así por mucho tiempo. Todos se han relajado, nada les falta y su ociosidad los ha conducido a multiplicarse sin algún tipo de control. 


Ahora se encuentran en el punto en que su número sobrepasa la capacidad de los recursos naturales necesarios para sustentar el status quo de dicha Sociedad. Comienzan a aparecer las desigualdades; en tanto que, unos por miedo, han comenzado a acaparar parte de los escasos recursos y otros, los desfavorecidos, han comenzado a humillarse solicitando ayuda a los otros. Sí, aquella Sociedad estable y tranquila se encuentra a punto de desmoronarse.


Con el paso de un par de generaciones las desigualdades se han multiplicado y cada vez quedan menos recursos; dado que éstos se encuentran en manos de unos pocos mientras la mayoría pasan escasez y de estos, unos pocos, han comenzado a perder la paciencia, decidiendo robar los recursos para poder comer.


Quienes acaparan los recursos, actuando por miedo, creen tener la razón y aquellos que intentan apropiarse de los bienes acaparados también. Así comienza el conflicto violento entre los defensores de la propiedad privada y aquellos que acusan a la Clase privilegiada de Avaricia e inequidad, al no tener en cuenta las necesidades de los más desfavorecidos. 


Esa Sociedad ya se encuentra muy lejos de su estabilidad y tranquilidad inicial, convirtiéndose en una fuente de conflictos sociales, hurtos, atracos y homicidios.


Dentro de ésta nueva Sociedad, algunos miembros de las nuevas generaciones tienen muy claro cuál es su prioridad: sobrevivir a costa de lo que sea y lo primero que sacrifican es la empatía; es decir, la sensibilidad y comprensión del estado calamitoso de los demás. Han surgido la psicopatía y el narcisismo, en donde la gente solo somos vistos como un instrumento para el uso y disfrute de psicópatas y narcisistas. El Mal está presente en dicha Sociedad.


Pues bien, como vemos el Mal, lo que conocemos subjetivamente como Mal, se ha cocinado a fuego lento con un solo ingrediente: La Ignorancia; veréis que el desconocimiento de nuestro entorno, la “Ignorancia” produce inquietud y temor que acaba transformándose en “Miedo”. Con el tiempo, éste se transforma en ansiedad y pánico dando paso a actos irreflexivos que hacen surgir la necesidad de acumular; es decir, la “Avaricia”. Cuando se llega a éste punto, el individuo hace tiempo que enterró muy profundo sus sentimientos de empatía hacia sus semejantes y, ya, solo le importa Él y lo suyo, su familia y posesiones. Algo que defenderá, si fuese necesario, incluso con las armas y matando. El Mal ya está caminando libremente por dicha Sociedad y revertirlo será muy complicado o, literalmente, imposible. Se trata de una Sociedad condenada a su autodestrucción.


Sé que lo que vamos a decir es algo políticamente incorrecto; pero es la verdad y no nos callaremos, a pesar del dolor de todas aquellas personas que sufrieron o sufren la compañía de esos seres desalmados y sin empatía hacia los demás, que son los psicópatas y narcisistas. No, no es que los estemos disculpando, es que son el fruto maduro de una Sociedad Enferma que los ha generado como depredadores necesarios. Es como cuando una Sociedad acaba con todos sus recursos; la necesidad termina convirtiéndo, a sus ciudadanos, en caníbales; pues la psicopatía y el narcisismo son escalones previos al canibalismo físico ; en tanto que son caníbales de emociones y sentimientos.


Por experiencia conocemos que el psicópata y el narcisista no muestran su verdadera naturaleza a todo el Mundo, sino solo a los débiles y, disculpadme la crudeza, a los cobardes. 


En realidad, tanto el psicópata como el narcisista, lo único que mantienen es su Instinto de Supervivencia y, por regla general, no son gente aguérrida y valiente sino cobardes que, enseguida, bajarán sus armas en cuanto alguien, aunque sea yendo de farol, les haga frente. 


En modo alguno estamos diciendo que a los psicópatas y narcisistas haya que enfrentarlos con la violencia, ni mucho menos, en tanto que eso desataría sus más bajos instintos defensivos y todo acabaría trágicamente. Lo que intentamos decir es que el Mal se desactiva con el Conocimiento y quienes conocen como es el comportamiento de sus soldados, psicópatas y narcisistas, podrán desactivarlos haciéndoles frente de manera inteligente y, como psicópatas, abandonarán a una presa tan difícil como peligrosa y buscarán a alguien más receptivo con quién cebarse.


Es importante que tengamos en cuenta que cualquiera, respecto a otro, puede ser fuente de maldad, mientras que, la misma persona, en otros entornos puede ser un amigo leal, un padre amoroso o un amante cariñoso; es decir, un psicópata puede serlo para un tipo de personas y no para otras porque nadie poseemos una Personalidad férrea e inmutable, sino que tenemos a nuestra disposición una infinidad de máscaras con las que nos conocen nuestra pareja, hijos, vecinos, amigos, familiares, compañeros de trabajo y desconocidos. Digamos que el Psicópata se transforma en tal cuando alguien ha pulsado determinada tecla que ha puesto en marcha el proceso de cocinado de la Maldad. Y, en ese sentido, incluso aquellas personas consideradas como humildes, tranquilas, sencillas e introvertidas pueden resultar ser las más peligrosas, pues su Instinto de Supervivencia se encuentra oculto y no se los ve venir.


El Mal, para concluir, no existe por sí mismo, sino que es la Consecuencia de un largo y complejo proceso de concatenación de causas que terminan desactivando la empatía y desatando los demonios del miedo, fruto de la Ignorancia. 


Si alguien te dice que Fulanito es un psicópata, quizá no lo sea para tí; pero si lo que te han comentado te condiciona a la hora de tratarlo, con mucha probabilidad tu actitud de Temor te convierta en una nueva víctima para el psicópata o narcisistas. Del mismo modo que es necesaria la existencia de un masoquista para que salga a la luz un sádico, así es necesario que exista miedo y cobardía para que la psicopatía se manifieste.


Frater Toni (Hermano Lego R+C)