Del Demiurgo y Yaldabaoth, su impostor

 “Del Demiurgo y Yaldabaoth, su impostor”


-Dos relatos diferenciados de la Creación nos muestran a dos entidades diferentes-


De que en el Génesis, la Creación del Mundo fue realizada por un Dios de naturaleza plural, quizá no como lo podemos entender los seres humanos, parece que existen muy pocas dudas. El Término genérico Elohim, para referirse al Creador del Mundo, es el plural de Eloah (Dios), por lo tanto pudiera pensarse que Elohim significa dioses. Y, bueno, esto es así en unas pocas ocasiones; pero no siempre, en tanto que Elohim no es un nombre propio, como sí lo es, por ejemplo, Yahveh sino una característica.


Así, en el Primer Capítulo del Génesis, donde se relata pormenorizadamente la creación del Mundo, el plural de Elohim, sin la participación del Nombre propio Yahveh o Jehová, está de forma omnipresente.


El Creador del Mundo no es otro que el Demiurgo de los gnósticos, emanación del Eón Sophía, y éste no es otro que el Elohim (plural, recuerden) del Primer Capítulo del Génesis. Así podríamos interpretar Elohim como “Nosotros, el Creador”, en tanto que la Naturaleza del Demiurgo es una emanación espiritual de otra emanación espiritual del Pleroma mucho más grande, Sophía. No, no estamos hablando ni de los plurales atributos del Creador, ni, mucho menos, de varios colaboradores divinos en la Creación del Mundo sino de una Emanación multi espiritual, del Uno, el Todo, y que en un estrato de espacio temporalidad, deberá de fragmentarse, al final del Proceso lineal de Creación, para sumarse a la propia Creación con el fín último de que la Imagen de la Creación estática cobre Vida, emociones e Inteligencia. Sí el Creador, en lugar de una emanación espiritual hubiese sido un Espíritu monolítico e infragmentable, nuestro Mundo, hoy, no existiría tal y como lo conocemos.


Cómo después veremos, ya en el Capítulo Segundo del Génesis, al neutro y plural apelativo de Elohim se le suma el nombre propio de Yahveh, dándonos a entender que uno, genérico, fue quien diseñó y creó el Mundo y otro, probablemente creación de Elohím, el Arconte gnóstico Yaldabaoth, Javeh, Jehovah, Autades (También conocido como el Suplantador, el impostor o el Gran Presuntuoso), tras el descanso de Elohim, quien pasará a tomar el control de mantenimiento de la Creación. De hecho, la Palabra Arconte significa Legislador o encargado de mantener vigentes las leyes, en nuestro caso de la Naturaleza del Mundo.


Existe, como veremos, en la redacción de los escritos del Pentateuco Judío, un interés oculto en mantener a Jehovah unido al Término Elohim, como queriéndonos convencer de que tanto Elohím, el Demiurgo emanado de Sophía, es la misma cosa que el Legislador Yahveh; pero como iremos desgranando, la Personalidad genérica e impersonal del Elohím Creador difiere enormemente de esa otra Personalidad Férrea y muy marcada de esa otra Entidad, Yahveh, que, a modo de Poli malo, intenta ordenar dictatorialmente sobre lo Creado por el Poli Bueno, Elohím (Nosotros, el Creador)  


“1 En el principio, Dios Elohim creó los cielos y la tierra. (El Espacio-Tiempo) 2 La tierra no tenía forma y se encontraba vacía, y la oscuridad cubría las aguas profundas; y el Espíritu de Elohim se movía en el aire sobre la superficie de las aguas. (La Tierra, como todo lo demás, es preexistente; es decir, existen antes de que el Demiurgo les proporcionará una forma física en un entorno espacio temporal; pero queda claro, que la Idea de la Tierra, el principio de la Vida y el resto de cosas estaban presentes a modo de Germen en la propia Idea, tanto de la Tierra, como del Mundo y su Creación) Los Cielos y la Tierra del Primer Día de la Creación no son otra cosa que la burbuja espacio temporal que se crea en el Pleroma, concretamente, dentro del Eón Sophía y, por lo tanto, madre de todas las cosas, la Naturaleza y Gaia.)


3 Entonces Elohim dijo: «Que haya luz»; y hubo luz. 4 Y Elohim vio que la luz era buena. Luego separó la luz de la oscuridad. 5 Elohim llamó a la luz «día» y a la oscuridad «noche».

Y pasó la tarde y llegó la mañana, así se cumplió el primer día. (Al mismo tiempo que surge la burbuja expansiva del Espacio-Tiempo, se muestra la Energía necesaria para desarrollar, no solo la expansión de la burbuja sino para proceder a dar forma tetra dimensional a las ideas formas surgidas del falso Vacío, el Éter del Pleroma, Esencia de la propia Sophía. Esa Energía Primordial se muestra en forma de fotones de Luz y es anterior a la formación física de los cuerpos celestes, incluidas las estrellas) 


6 Entonces Elohim dijo: «Que haya un espacio entre las aguas, para separar las aguas de los cielos de las aguas de la tierra»; 7 y eso fue lo que sucedió. Elohim formó ese espacio para separar las aguas de la tierra de las aguas de los cielos 8 y Elohim llamó al espacio «cielo». Y pasó la tarde y llegó la mañana, así se cumplió el segundo día. (En éste día se nos muestra, a grosso modo, la formación de las partículas, su condensación en moléculas físicas y la diversificación de las cosas materiales, líquidas y gaseosas; es decir, de los fotones de la propia Energía Divina, surgirán los ladrillos para ir completando el diseño de la Creación)


9 Entonces Elohim dijo: «Que las aguas debajo del cielo se junten en un solo lugar, para que aparezca la tierra seca»; y eso fue lo que sucedió. 10 Elohim llamó a lo seco «tierra» y a las aguas «mares». Y Elohim vio que esto era bueno. 11 Después Elohim dijo: «Que de la tierra brote vegetación: toda clase de plantas con semillas y árboles que den frutos con semillas. Estas semillas producirán, a su vez, las mismas clases de plantas y árboles de los que provinieron»; y eso fue lo que sucedió. 12 La tierra produjo vegetación: toda clase de plantas con semillas y árboles que dan frutos con semillas. Las semillas produjeron plantas y árboles de la misma clase. Y Elohim vio que esto era bueno. 13 Y pasó la tarde y llegó la mañana, así se cumplió el tercer día. (Una vez constituidos los cimientos de la Vida inorgánica, los elementos se organizan en moléculas orgánicas surgiendo los vegetales, ya sean terrestres o acuáticos y que serán los precursores necesarios de una vida más compleja surgida del Agua de mar)


14 Entonces Elohim dijo: «Que aparezcan luces en el cielo para separar el día de la noche; que sean señales para que marquen las estaciones, los días y los años. 15 Que esas luces en el cielo brillen sobre la tierra»; y eso fue lo que sucedió. 16 Elohim hizo dos grandes luces: la más grande para que gobernara el día, y la más pequeña para que gobernara la noche. También hizo las estrellas. 17 Elohim puso esas luces en el cielo para iluminar la tierra, 18 para que gobernaran el día y la noche, y para separar la luz de la oscuridad. Y Elohim vio que esto era bueno. 19 Y pasó la tarde y llegó la mañana, así se cumplió el cuarto día. (Nosotros, el Creador, tomó las ideas preexistentes del Mundo de las Ideas del Pleroma y con la Energía Fotónica surgida de la expansión espacio temporal, hizo aparecer todos aquellos cuerpos celestes y que no son otra cosa que las embajadas, en el Mundo de la Materia, de los infinitos eones que confirman el Pleroma. Así, cada Estrella, cada Planeta y cada Satélite no son otra cosa que la manifestación física, dentro del propio Eón Sophía, del resto de sus hermanos eones. Estos Cuerpos no son solo parte de la fuente de la Energía del Cosmos, sino la ventana por la que los propios eones pueden ser espectadores del Drama Cósmico de la Vida.) 


20 Entonces Elohim dijo: «Que las aguas se colmen de peces y de otras formas de vida. Que los cielos se llenen de aves de toda clase». 21 Así que Elohim creó grandes criaturas marinas y todos los seres vivientes que se mueven y se agitan en el agua y aves de todo tipo, cada uno produciendo crías de la misma especie. Y Elohim vio que esto era bueno. 22 Entonces Elohim los bendijo con las siguientes palabras: «Sean fructíferos y multiplíquense. Que los peces llenen los mares y las aves se multipliquen sobre la tierra». 23 Y pasó la tarde y llegó la mañana, así se cumplió el quinto día. (Creadas las condiciones necesarias, surgió la Vida animal de las profundidades marinas que se extendería tanto por el mar como por la atmósfera de la Tierra. Vida animal necesaria para que las cosas pudieran albergar un Alma, primero alma sintiente inferior y después alma emocional)


24 Entonces Elohim dijo: «Que la tierra produzca toda clase de animales, que cada uno produzca crías de la misma especie: animales domésticos, animales pequeños que corran por el suelo y animales salvajes»; y eso fue lo que sucedió. 25 Elohim hizo toda clase de animales salvajes, animales domésticos y animales pequeños; cada uno con la capacidad de producir crías de la misma especie. Y Elohim vio que esto era bueno. 26 Entonces Elohim dijo: «Hagamos al Hombre a nuestra imagen conforme a nuestra semejanza, para que sea como nosotros. Reinará sobre los peces del mar, las aves del cielo, los animales domésticos, todos los animales salvajes de la tierra y los animales pequeños que corren por el suelo».


27 Así que Dios Elohim creó al Hombre a su propia imagen. A imagen de Elohim lo creó; hombre y mujer los creó.


28 Luego Elohim los bendijo con las siguientes palabras: «Sean fructíferos y multiplíquense. Llenen la tierra y gobiernen sobre ella. Reinen sobre los peces del mar, las aves del cielo y todos los animales que corren por el suelo».


29 Entonces Dios Elohim dijo:« ¡Miren! Les he dado todas las plantas con semilla que hay sobre la tierra y todos los árboles frutales para que les sirvan de alimento (Sin excepción). 30 Y he dado toda planta verde como alimento para todos los animales salvajes, para las aves del cielo y para los animales pequeños que corren por el suelo, es decir, para todo lo que tiene vida»; y eso fue lo que sucedió.

31 Entonces Elohim miró todo lo que había hecho, ¡y vio que era muy bueno! Y pasó la tarde y llegó la mañana, así se cumplió el sexto día.” (Así, el complejo y amplio proceso de Creación, mediante días cósmicos, condujo a la Creación de un entorno paisajístico propicio y adecuado para la que Vida tomara forma y su movimiento albergará sentimientos y deseos. Una vez que Elohím, el Demiurgo Creador, considera que los cuerpos vivientes han alcanzado cierta cuota de perfección, es que la Emanación de Sophía insufla su propio Espíritu sobre la Criatura más perfecta de las que había diseñado, el Ser Humano. Hay que apuntar que Elohím crea al Ser Humano, como cualquiera de los otros animales, sujeto a las leyes naturales, a pesar de que su Espíritu Divino, procedente del Demiurgo, estaba libre de cualquier servidumbre. Así, el Hombre, la Humanidad, por un lado posee una estirpe divina; pero, por otro, se encuentra encadenada a las necesidades materiales en un entorno espaciotemporal y regidas por leyes rígidas e inamovibles que los arcontes o legisladores (las propias leyes) están obligados a mantener de forma automática. Así tenemos a un Ser Espiritual, con libre albedrío, atrapado en un Mundo al que debe de adecuarse respetando sus leyes) 

(Génesis 1)


“Fueron, pues, acabados los cielos y la tierra, y todo el ejército de ellos. 2 Y acabó Dios Elohim en el día séptimo la obra que hizo; y reposó el día séptimo de toda la obra que hizo. 3 Y bendijo Elohim al día séptimo, y lo santificó, porque en él reposó de toda la obra que había hecho en la creación.” (Una vez que Elohím completó la Creación e insuflado su propio Espíritu en ella, se echó a descansar. Un descanso, en su séptimo Día Cósmico, que llega hasta nosotros, en tanto que Elohím, “Nosotros el Creador”, descansa y vive en toda su Creación, también en nosotros hasta el día que deba de bajarse el Telón del Drama Cósmico que es la Vida.)

(Génesis 2:2)


Es a partir de aquí, que vuelve a narrarse el Proceso de Creación; pero desde otra perspectiva. Cómo si un tercero intentara, que es lo que hace, apropiarse de los méritos del verdadero y humilde Creador, el Demiurgo Elohím. Una Entidad impersonal emanada del Eón Sophía y que había nacido para cumplir la voluntad de Ésta; de hecho, eso es lo que fue el Demiurgo, la Voluntad de Acción Creadora de Sophía. El Encargado de hacer realidad el deseo de Sophía. El deseo de traer a la Vida una infinitesimal parte de las Ideas preexistentes en el Eterno e Infinito Éter del Pleroma:


1Fueron, pues, acabados los cielos y la tierra, y todo el ejército de ellos.

2Y acabó Elohim en el día séptimo la obra que hizo; y reposó el día séptimo de toda la obra que hizo.

3Y bendijo Elohim al día séptimo, y lo santificó, porque en él reposó de toda la obra que había hecho en la creación.

4Estos son los orígenes de los cielos y de la tierra cuando fueron creados, el día que “Jehová” Dios hizo la tierra y los cielos,

5y toda planta del campo antes que fuese en la tierra, y toda hierba del campo antes que naciese; porque Jehová Dios (El Señor) aún no había hecho llover sobre la tierra, ni había hombre para que labrase la tierra,

6sino que subía de la tierra un vapor, el cual regaba toda la faz de la tierra.

7Entonces Jehová Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y “sopló en su nariz aliento de vida, y fue el hombre un ser viviente.”

8Y Jehová Dios plantó un huerto en Edén, al oriente; y puso allí al hombre que había formado.

9Y Jehová Dios hizo nacer de la tierra todo árbol delicioso a la vista, y bueno para comer; también el árbol de vida en medio del huerto, y el árbol de la ciencia del bien y del mal.

10Y salía de Edén un río para regar el huerto, y de allí se repartía en cuatro brazos.

11El nombre del uno era Pisón; éste es el que rodea toda la tierra de Havila, donde hay oro;

12y el oro de aquella tierra es bueno; hay allí también bedelio y ónice.

13El nombre del segundo río es Gihón; éste es el que rodea toda la tierra de Cus.

14Y el nombre del tercer río es Hidekel; éste es el que va al oriente de Asiria. Y el cuarto río es el Eufrates.

15Tomó, pues, Jehová Dios al hombre, y lo puso en el huerto de Edén, para que lo labrara y lo guardase.

16Y mandó Jehová Dios al hombre, diciendo: De todo árbol del huerto podrás comer;

17mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás.

18Y dijo Jehová Dios: No es bueno que el hombre esté solo; le haré ayuda idónea para él.

19Jehová Dios formó, pues, de la tierra toda bestia del campo, y toda ave de los cielos, y las trajo a Adán para que viese cómo las había de llamar; y todo lo que Adán llamó a los animales vivientes, ese es su nombre.

20Y puso Adán nombre a toda bestia y ave de los cielos y a todo ganado del campo; mas para Adán no se halló ayuda idónea para él.

21Entonces Jehová Dios hizo caer sueño profundo sobre Adán, y mientras éste dormía, tomó una de sus costillas, y cerró la carne en su lugar.

22Y de la costilla que Jehová Dios tomó del hombre, hizo una mujer, y la trajo al hombre.

23Dijo entonces Adán: Esto es ahora hueso de mis huesos y carne de mi carne; ésta será llamada Varona, porque del varón fue tomada.

24Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola carne.

25Y estaban ambos desnudos, Adán y su mujer, y no se avergonzaban.”

(Génesis 2)


Cómo hemos podido comprobar, ahora sin interrupciones de nuestra parte, en el Capírulo 2 del Génesis, a partir del versículo 4, se nos ofrece una versión matizada de la Creación del Mundo y de la parte que le corresponde al Ser Humano en ella.


En ésta segunda versión existe una voluntad visible de protagonizar el evento de la Creación, cuando en la primera parte ese Sentimiento grandilocuente no existe; pero también de comenzar a colocar los muebles a voluntad; es decir, de manifestar normas inquebrantables y que conducirán a que el Libre Albedrío del Espíritu Humano choque con la férrea normativa del Legislador Jehovah que ha tomado el vacante trono del Demiurgo Elohím Creador.


El Creador Elohím vimos que actuaba humilde e impersonalmente, mientras que el Arconte Legislador Jehová, actúa de forma autoritaria y dejando constancia fehaciente de ser él el protagonista de la Historia.


A nuestro modo de ver, al igual que sucediera con los gnósticos primitivos Cristianos, la conclusión es que en los dos capítulos del Génesis se narra el acontecimiento de la Creación del Demiurgo, tal y como aconteció y, después, se añade la versión parcial e interesada del Arcontes Legislador Jehová, más conocido por los gnósticos como el Suplantador, impostor y gran Presuntuoso.


No hay que ser demasiado lumbreras, sino acercarse, como lector, al Pentateuco Judío, el Antiguo Testamento de la Biblia Cristiana, para descubrir que Jehovah no actúa con el sentido común e impersonalidad que se le debería de adjudicar a un Dios benévolo, justo y amoroso, que se correspondería perfectamente con el Espíritu del Demiurgo que mora en nosotros en la Figura de Cristo el Señor, de su emanadora el E9n Sophía y de la Emanación primera el Pleroma incognoscible; sino que, por el contrario, muestra tintes de una potente Personalidad psicopática, celosa, vengativa y controladora que más que Ser amado, busca Ser temido y adorado. No, no nos sirve aquello de los designios del Señor son inescrutables. Ni yo, mi ningún gnóstico cristiano del pasado podemos aceptar como Dios a una Entidad cargada de violencia y amargura.


Así, para los gnósticos, solo parte de los libros del Pentateuco; de hecho, a veces solo fragmentos, son rescatables para ser unidos a los evangelios gnósticos y sinópticos, los aceptados por la Iglesia Oficial, y confirmar una Suerte de Biblia Cristiano Gnóstica verdadera; pero aún así, si esto se produjera, sería una Biblia incompleta, pues la mayor parte del Conocimiento Gnóstico no está impreso sino que se encuentra dentro de nosotros, custodiado por Cristo, nuestro Maestro Interior y heredero de ese Demiurgo fragmentado que vive reposando su sueño en el interior de su Creación hasta el día que despierte y ponga fin al experimento comenzado por voluntad del Eón Sophia.


Frater Toni (Hermano Lego R+C)