El Discipulado Rosacruz, un Trabajo en solitario

 "El Discipulado Rosacruz, un Trabajo en solitario"


-La Soledad, el mejor vehículo para trabajar en libertad-


Ésta Reflexión, como casi todo el resto de nuestro trabajo, no deja de ser otra cosa que un testimonio vital y personal de un Estudiante Rosacruz, por lo tanto, mírenlo ustedes como una suerte de referencia sin aspiración doctrinal.


"Cuando nuestros ocho hermanos dispusieron todo de manera tal que no tuvieron más trabajos especiales, y cuando cada uno compuso un tratado completo sobre la filosofía revelada y sobre la filosofía secreta, decidieron no seguir juntos durante más tiempo. Así pues y como habían convenido al principio, se dispersaron por todo el País (Alemania), no solo para que lo que los hombres de ciencia pudieran someter su axiomática (la de la Fraternidad) a un estudio secreto más profundo, sino también para que pudieran informarles sobre si tales o cuales observaciones habían originado errores en uno u otro lugar.


Sus signos de reconocimiento eran los siguientes:


1.- Prohibición de ejercer profesión alguna excepto la curación de enfermos a título benéfico (sin cobrar algo por ello).


2.- Prohibición "expresa" de obligar a llevar hábitos especiales (en público)  reservados a la Hermandad. Por el contrario, deberían de adaptarse a las costumbres locales (intentando pasar desapercibidos).


3.- Obligación, para cada Hermano, de presentarse (una vez al año) el Día C, en la Morada del Espíritu Santo, o de explicar los motivos "justificados" de su ausencia.


4.- Obligaciones, para cada Hermano, de buscar una persona de valía que pudiera sucederlo en caso necesario (En casos de imposibilidad manifiesta para seguir laborando por causas de enfermar, accidente o fallecimiento)


5.- Las letras R.C. deberán servirles de sello, sigla y emblema.


6.- Durante un siglo la Hermandad tenía que mantenerse en (absoluto) secreto. (con el fin de resurgir, de forma pública, con mayor fuerza y vigor)


Juraron fidelidad mutua a los seis artículos y los hermanos se pusieron en camino, quedándose junto al Frater Christian Rosentkreutz, (ya muy anciano, con el fin de asistirlo), solamente los hermanos B y D…


…Cada año se volvían a encontrar (los ocho hermanos en el Día C) con alegría y relataban exhaustivamente sus tareas:..."

(Extraído de la Fama Fraternitatis)


Traemos, una vez más a colación, estás seis reglas fundacionales, porque son los verdaderos landmarks; es decir, las marcas de referencia que todos los hermanos de la Rosacruz deberían de seguir para ser fieles al mandato fundacional de la Hermandad o Fraternidad de la Rosacruz, también sus discípulos y estudiantes.


Una de esas reglas, expuesta, dice que los hermanos deberían de permanecer dispersos por el País, en aquel tiempo Alemania, para reunirse, tan solo, una vez al año. Si se sigue leyendo, parece ser que uno de los primeros hermanos en fallecer lo hizo en Inglaterra; por lo que podemos entender que dicha dispersión no se limitaba solo a las fronteras del País teutón.


El motivo que se indica, para esa obligada dispersión, es el intentar convencer a los insignes hombres de Ciencia, de su época, acerca de la necesidad de comenzar una Reforma integral del Mundo.


Con ello vemos que seis de los hermanos mayores, adeptos rosacruces del más alto Grado, permanecen en el Mundo con el fin de facilitar que la Filosofía Rosacruz tome cuerpo en Éste; así como para asistir a los pobres menesterosos necesitados de ayuda sanitaria. Cada uno de los ocho hermanos, por otro lado, tienen la obligación de hacerse con un Discípulo apropiado con el fin de elevarlo, con el tiempo, a Adepto para así que se pudiera mantener el Trabajo Rosacruz una vez que el Hermano ya no estuviese presente entre los mortales.


Lo cierto es que, esa labor se puede llevar, en público, mediante algún colectivo denominado Escuela, Colegio, Aula, Fraternidad u Orden, acompañando, en el Templo, al Gran Maestro de la Hermandad; pero lo habitual es que los adeptos Hermanos Mayores trabajen en solitario y sin dar señales de vida, para la Fraternidad, salvo el simbólico Día C del año en curso o, debido a causas mayores, urgentes, por las que el Hermano, o los hermanos, podrían ser convocados al Templo del Espíritu Santo.


El Trabajar en solitario posee sus ventajas aunque también sus inconvenientes; pero entre las primeras, tenemos la libertad absoluta de proceder sin que un Poder Superior te indique aquello que se pueda o no hacer; es decir, el Hermano es plenamente responsable de sus actos sin que tenga que vacilar por aquello que sienta estar obligado a acometer. Si él acierta en sus acciones es por mérito propio y si se equivoca, tampoco puede culpar de ello a alguna interferencia de un Poder Superior.


Solo en el Día C, del año, los hermanos se encontraban obligados a relatar sus trabajos y, de ser necesario, explicar el motivo de los actos acometidos.


Estar sometido a la Autoridad de un Agente superior supone mantenerse sujeto a la disciplina del Mando y eso supone una importante pérdida de tiempo y de "Iniciativa"; lo que significa el sometimiento del Maestro Interior "Cristo", a los designios de una Personalidad que está siendo sometida por otra Personalidad de mayor nivel jerárquico.


Por lo tanto, del mismo modo que los Hermanos Mayores, también los Discípulos y los propios Estudiantes de la Rosacruz, están condenados por decir así, a seguir este mismo proceso de independización posterior a la adquisición de su vocación ministerial; es decir de su entrada al Grado de Discipulado.


El Trabajo combinado; es decir, en equipo supone la virtud de la Sinergia y la posibilidad de finalizar los trabajos con mayor rapidez; pero eso solo puede darse cuando todas las partes se encuentran de acuerdo, lo cual es bastante complicado, y no se pierde un tiempo precioso en interminables discusiones que, a la larga, provocan frustración en aquellos que, por sometimiento a la jerarquía, deben abandonar sus propias iniciativas para cumplir, disciplinadamente, con lo dispuesto por la Autoridad Superior; ya fuese la directriz de un solo individuo o lo estipulado, democráticamente, por un colectivo.


Así los hermanos, en soledad, pueden actuar con total libertad sin más presión que la que podría surgir de la propia Conciencia.


No, la Rosacruz no es una Organización controladora y que almacena sus doctrinas filosóficas en enlatados digmáticos, salvo la necesaria obligación de cumplir con las seis normas del mencionado Reglamento. Es por ello que da libertad a sus miembros para actuar según sus iniciativas y que cada uno de ellos interprete la Filosofía Rosacruz según las directrices de su propio Maestro Interior.


Aralba R.C.