Higiene y precauciones en la práctica Anal
“Higiene y precauciones en la práctica anal”
-Nunca se repetirá lo suficiente-
Al tratarse de un Tema tabú, en nuestra civilización Occidental, es necesario que re marquemos lo necesario que es utilizar los instrumentos adecuados, tanto para dilatación como para penetración, una limpieza perfecta tanto de nosotros mismos, Cuerpo, Ano y manos e higienización y desinfección de los dildos y otros útiles utilizados. En el Mercado de “Sex Shop” existen todo tipo de productos higienizantes, tanto para limpieza como lubricantes para ayudar a la dilatación indolora; aunque recordemos que, en último término, el Éxtasis Místico se consigue con una Mezcla de Orgasmo placentero y una pizca de dolor; pero, por favor, no te hagas el héroe, sé prudente y mide las posibles consecuencias.
Para la limpieza de los genitales y del ano utilizar agua tibia y un jabón neutro que, para más garantías, puede encontrarse en las farmacias.
Los dildos y resto de instrumentos sexuales de plásticos, goma y siliconas se deben de lavar, meticulosamente, nunca hervir, con jabón de PH neutro y nunca utilizar alcohol. Un litro de agua y cuatro cucharadas de lejía serán más que suficientes para desinfectar todo tipo de juguetes eróticos ; los metálicos o que sean de acero, generalmente quirúrgicos, además, podrán pasar por agua hirviendo.
Utiliza toallitas limpias, mejor blancas y de algodón, para secar tanto los juguetes eróticos tras ser enjuagados, previa desinfección; así como las zonas íntimas tras ser higienizadas.
El siguiente paso consiste en determinar los lubricantes más adecuados para cada zona del Cuerpo y para cada juguete erótico. Existen tres tipos fundamentales de lubricantes: al agua, a la silicona y de aceite.
Los lubricantes a base de agua son aconsejables para todo tipo de prácticas sexuales, además de mantener un PH neutro; los de, a base de siliconas, no deben de usarse con juguetes de silicona o para el sexo oral. Los que son a base de aceites solo deberían de utilizarse para masajes externos o sexo en el agua, siendo aptos con los dildos a base de silicona; pero nunca con los de látex; además, con estos lubricantes tenemos que considerar que, por un lado, su efecto es mucho más duradero que los de a base de agua; pero resultan más dificultosos de eliminar en la posterior limpieza.
A continuación deberíamos de tratar de la natural y progresiva dilatación de los esfínteres anales, sin la cual resultaría materialmente imposible penetrar el ano sin dolor y, por lo tanto, imposibilitar el clímax orgásmico y, consecuentemente, el éxtasis místico. Los dilatadores anales, también denominados como plugs o tapones anales, pueden ser de látex, silicona o de acero quirúrgico y lo mejor que se puede hacer es conseguir un juego de, al menos, tres dilatadores con el fin de comenzar con el más pequeño y según se vaya uno acostumbrado; es decir dilatando, utilizar los más gruesos de forma progresiva. Se parará la dilatación cuando estimemos, por la práctica, que podremos utilizar nuestro dildo preferido sin provocar dolor y peligrosos desgarros. Nunca será poca la prudencia a tener en cuenta.
Dentro de los dilatadores tenemos también los neumáticos que suelen poseer una perilla de goma para inflarlos una vez introducidos en el ano, tenemos los espéculos de acero quirúrgico y que se suelen utilizar en medicina y los exploradores de silicona rígida o de acero quirúrgico. Estos dos últimos instrumentos son muy útiles a la hora de separar los esfínteres anales de los juguetes sexuales con el que penetramos nuestro ano. Ello evita el excesivo rozamiento con los esfínteres permitiendo que el masaje anal pueda ser más duradero y efectivo a la hora de alcanzar el orgasmo.
Frater Antony (Hermano Lego R+C)