Lux Lúcet in Tenebris

 “Lux Lucet in Tenebris”


-La Verdad prevalece sobre la Ignorancia-


En L.’.V.’.X.’.; Luz o {Vida}, Verdad, Amor o {el Camino})


La Luz nos muestra la Verdad del Camino; es decir del Amor que conduce a la Plenitud de Dios; es decir, del Pleroma y aquí tenemos desvelado el Misterio de la Trinidad Cristiana, en tanto que Dios es Luz (Vida), Verdad y Amor (el único Camino hacia la Salvación del Alma), Padre, Hijo y Espíritu.


“En el principio era la Palabra (el Verbo, la Vibración), y la Vibración era con Dios (el Éter del Pleroma), y la Vibración era el Éter.

Ésta era en el principio con el Éter.

Todas las cosas por ella fueron hechas, y sin ella nada de lo que ha sido hecho, fue hecho.

En ella (la Vibración) estaba la Vida, y la Vida era la Luz de los hombres.

-La Luz (la Vida) en las tinieblas (el caos, la muerte) resplandece, y las tinieblas no prevalecieron contra ella-.”


(Juan Capítulo 1: versículos 1 al 5)


El Verbo, la Palabra, la Vibración permanente es y se encuentra en el Éter, la Esencia del Pleroma; es decir, de Dios el Incognoscible, el Padre del que nos habla Jesús. La Vibración y el Éter son consustanciales; es decir, el Éter se encuentra en permanente vibración y la Vibración es una consecuencia de la eterna existencia del Éter. Todo lo que se percibe y existe, la Vida, procede de la Vibración del Éter; siendo la Luz, la Vida, el Único Camino posible a seguir por el Hombre.


“Este es el mensaje que hemos oído de él, y os anunciamos: Dios es Luz (Vida), y no hay ningunas tinieblas (muerte) en Él. Si decimos que tenemos comunión con Él, y si andamos muertos, mentimos, y no practicamos la Verdad.”


(Primera de Juan Capítulo 1: versículos del 5 al 6)


Es por ello que sea tan importante que el Conocimiento de Dios, la Verdad, no sea algo intelectual procedente de algún estudio exterior, sino algo surgido de lo más profundo de nuestro Interior, donde mora nuestro Maestro y Señor, Cristo, nuestro verdadero Ser, el propio Verbo o Vibración que se encuentra en el Pleroma, pues desvelando el Misterio descubrimos que lo único que existe es Él y nosotros somos y formamos parte de Él, luego la Vibración, el Verbo, Cristo, nunca dejó de estar dentro de nosotros, en tanto que Cristo forma parte de la Plenitud del Todo, encontrándose en todas partes, tanto dentro como afuera.


“El que no ama, no ha conocido a Dios; porque Dios es Amor.”


(Juan Capítulo 4: versículo 8)


El Amor es la Fuerza coercitiva, procedente de Dios, en tanto que la Esencia de Dios, el Éter, es Amor y lo que impide que el Éter, a causa de la Vibración, pudiera descomponerse y expandirse, por siempre, debido a la Fuerza Centrífuga. El Amor es la Fuerza Centrípeta que hace que el Universo pueda existir sin disolverse en una permanente expansión. Todo está condenado a regresar a la Fuente de donde procede gracias a la Fuerza de Gravedad del Amor y que procede del Uno inmanifiesto, el Padre.


“Otra vez Jesús les habló, diciendo: Yo soy la Luz del mundo (la Vida); el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la Luz de la Vida (la Vida plena o Vida Eterna).”


(Juan Capítulo 8: versículo 12)


“Jesús le dijo: Yo soy el Camino (el Amor), la Verdad, y la Vida (la Luz); nadie viene al Padre (el Incognoscible Pleroma), sino por mí.”


(Juan Capítulo 14: versículo 6)


El Amor, la Verdad y la Vida, recuerden (la Luz del Mundo y la Luz de los hombres) son los conceptos fundamentales, a nuestro parecer, que definen la Esencia del Padre, del Pleroma que, como vimos, consta de Éter en permanente Vibración, siendo esa Vibración Cristo, el Mesías Enviado para mantener el Universo en movimiento; pero estable. Recuerden que el Verbo, la Palabra o Vibración además de ser una característica de Dios, también es Dios mismo en su Plenitud, en tanto que sus características no son divisibles, luego donde hay Amor, se encuentran tanto la Luz; es decir, la Vida como la Verdad. Así se dice que Cristo, el Verbo es el Camino, la Verdad y la Vida. Una Luz que resplandece mostrando el único Camino de la Verdad que conduce a la salvación del Alma; dicho de otro modo, a la Transfiguración, mediante la Cristificación, de nuestro Triple y Séptuple Cuerpo, en tanto que, primero, Cuerpo, Alma y Espíritu…; y después, Cuerpo Químico o Denso…, Cuerpo Vital…, Cuerpo de Deseos o Astral…, Cuerpo de la Mente Concreta y de la Mente Abstracta…, Cuerpo del Espíritu Humano…, Cuerpo del Espíritu Virginal y Cuerpo del Espíritu Divino.


La Idea es que la Conciencia de la Personalidad, su Memoria y la de los cuerpos inferiores al de la Mente Concreta, sean asimilados por los cuerpos superiores hasta llegar al Espíritu de Dios y donde se encuentra la Conciencia Divina, con el fin de permanecer inmutables de forma permanente.


“Vosotros sois la Luz (Vida) del mundo; una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder”

(Mateo Capítulo 5: versículo 14)


Así, los cristianos aspirantes a la Hermandad de la Rosacruz, en tanto que poseedores de la Gnosis, la Luz del Conocimiento Divino, somos como un Faro de Luz para nuestros semejantes, con el fin de que éstos la reconozcan y puedan seguir el Camino hacia su Salvación, que es al propio tiempo la salvación de la Vida y, por lo tanto de la misma Luz. Porque aquí no se trata de la salvación individual de cada luminaria, de cada lengua o chispa de luz sino de toda  Luz, de toda Vida; es decir, de toda la Creación.


Es por ello que es tan importante el que asimilemos que no somos otra cosa que un humilde; pero importante Candil iluminando las tinieblas de la desmemoria y de la ignorancia.


Frater Toni, (Hermano Lego Rosa-Cruz)