Lo que pasa en las Vegas se queda en las Vegas
"Lo que pasa en las Vegas se queda en las Vegas"
-La contaminación de Oriente en la Tradición de Occidente-
Algo de lo que debemos de tratar a menudo, en nuestras charlas, es acerca del Karma y de la Reencarnación; en tanto que, es una idea recientemente arraigada en la Tradición de Occidente debido a la infiltración provocada, en todas las capas de la Tradición, por la Sociedad Teosófica de Madame Blavatsky.
Así tenemos que la mayoría de las sociedades esotéricas, salvo un par de ellas, defienden los conceptos de Karma y Reencarnación, tal y como se entienden en la antigua Cultura Hindú.
En Occidente, la Rosacruz libre de contaminación de la Tradición Oriental, la original, nos habla de las leyes de Causa y Efecto, en lugar de Karma y del Renacimiento, a modo del Budismo, en lugar de la Reencarnación.
Se habla de Causa y Efecto, en lugar de Karma, en cuanto que ésta Ley no trasciende la vida ordinaria; es por ello que hemos titulado ésta Reflexión "Lo que pasa en la Vegas se queda en las Vegas" Mientras que el Karma es algo que no se desintegra con la muerte, sino que acompaña al Alma en sus siguientes reencarnaciones, hasta su total disolución cuando se haya pagado, las leyes de Causa y Efecto, en tanto que son leyes de éste Mundo, dejan de tener efecto más allá de ésta Vida; es decir, se realiza una tabula rasa al llegar la muerte.
El Renacimiento, en la Rosacruz, del mismo modo que en el Budismo, es la Creación de una nueva Alma con su correspondiente vehículo físico, de parte del Espíritu, en cada nuevo nacimiento o encarnación, ya fuere en éste Plano de existencia u otro. Esto supone una importante diferencia respecto a la Reencarnación en tanto que se trata de una nueva consciencia sin nada que ver con aquellas otras de vidas anteriores del Espíritu.
La Rosacruz determina que cualquier tipo de Dogma o Doctrina que infunda temor o miedo en el Alma Humana es falsa por naturaleza. Tanto los Conceptos de Infierno como el de Reencarnación son invenciones del Hombre creados para someter y controlar, por parte de unos pocos, a la Humanidad.
En el primer caso, el miedo al Infierno; es decir, a tener que pasar toda la Eternidad en un lugar de sufrimiento horrible e inenarrable y en el segundo, el Temor a reencarnar consecutivamente y tener que sufrir la consecuencias, el Karma, de nuestras acciones realizadas en vidas pasadas.
Tanto el Infierno como la Reencarnación, y su Karma consecuente, son armas psicológicas creadas por el Poder para controlar a la Población infundiendoles pavor a realizar actos que no hayan sido aprobados por la Jerarquía Eclesiástica. "No voy a hacer esto o aquello porque está prohibido y si lo realizó iré al Infierno por la eternidad o tendré que regresar al Mundo, de forma consecutiva, hasta haber pagado el Karma de vidas pasadas"
En la Tradición Occidental de la Rosacruz, Original, el Cristianismo puro y duro, se habla de algo tan cotidiano y razonable como que todos nuestros actos tienen consecuencias, todos y que lo que se hace en vida se paga en vida, no quedando relegado a supuestas futuras encarnaciones del Alma.
Esto es así porque en el Renacimiento no es el Alma, por lo tanto la Consciencia, la que nace una y otra vez, sino que es el Espíritu el que construye una Nueva Alma, cada vez que decide encarnar, de nuevo, con el fin de adquirir nuevas experiencias. Esa es la causa de que el Alma, sede de la Conciencia, éste imposibilitada para recordar las experiencias de las almas pasadas o vidas anteriores y que no tienen nada que ver con ella.
Cada Alma, con su Conciencia, es única e irrepetible y es por ello que sea tan importante el no sembrar la idea de la Reencarnación, en tanto que cada Alma solo posee la oportunidad de una Vida para ser transformada en Inmortal como vehículo de manifestación, permanente, del Espíritu Divino, eterno e inmortal.
Solo existe una única oportunidad y es por ello que sea tan importante el no desperdiciar todas y cada una de las oportunidades que nos ofrece la Vida para conseguir, como almas, que seamos visibles y elegidas por nuestro Espíritu, con el fin de pervivir como Consciencia y acompañar al Espíritu en su Eternidad.
Esto se produce cuando el Alma resulta de utilidad a su Espíritu y desarrolla las cualidades positivas de la Obediencia y de la Disciplina. Una Alma rebelde y levantisca que no termine de ser una buena cabalgadura, para su Espíritu, es más que probable que sea rechazada y, por lo tanto eliminada, para dar una oportunidad a un Alma completamente nueva y creada partiendo de cero.
En cuestiones del Alma, lamento decirle que no existe la posibilidad de repetir el Curso, como sí se produce aquí en el Mundo, año tras año. Solo existe una única oportunidad y que deberemos de aprovechar al máximo posible.
El Espíritu, en tanto que es Eterno e Inmortal, posee paciencia infinita y todo el tiempo del Mundo. Nosotros, como almas conscientes, no, y es por ello, tan importante, que nos esforcemos en ser productivos y en no perder el tiempo en cosas valadies y que a nuestro Espíritu le importan un comino.
No, en modo alguno, es positivo transmitir las falsas ideas del Karma y de la Reencarnación. Lo que hagamos aquí, ya sea bueno o malo, tendrá su pago o reompensa aquí y no en vidas sucesivas que no serán disfrutadas o soportadas por nuestra Alma actual sino por otras diferentes y que nada tendrán que ver con nosotros.
Nuestro consejo: que no pierdas tu valioso tiempo e intenta ser, cada día, un poco mejor persona. Solo así, el Espíritu te tendrá en consideración, para preservarte, como su vehículo de manifestación favorito, para toda su Eternidad. Si ésto se produce, con total seguridad, tú, como Alma Personalidad pasarás por todo el proceso de Cristificación y con la consecuente Transfiguración o Resurrección, siendo así tu Alma salvada de la Muerte.
Aralba R+C