Llegó la hora de los dildos

 “Llegó la Hora de los dildos”


-Un “Toy” Anal no se agota como un pene humano-


Hemos reflexionado acerca de la dilatación anal y de, como ésta, debe de ser lenta y progresiva para no dañar ni torturar a nuestro Ano y sus esfínteres. 


Ya, damos por hecho, el que nuestro Ano se encuentra preparado para recibir un tipo de juguetes muy concretos, los anales, y que se deben de ajustar al punto de dilatación que hayamos alcanzado y, quizá, un poco por debajo, nunca más.


Los dildos deben de penetrar en nuestro agujero trasero solo lo que pueda penetrar sin sentir que existe una oposición o un incipiente dolor. Esos son los límites que jamás deberíamos de traspasar y por ello adecuaremos el tamaño y grosor de nuestro juguete a las posibilidades elásticas de nuestra propia fisiología. 


No intentemos imitar a las estrellas del porno introduciébdonos consoladores enormes, dado que cada Cuerpo es diferente y no todos poseen el mismo Grado de posible penetración o flexibilidad anal.


Hoy, aquí, hablamos de los dildos que no son otra cosa que juguetes (Toys en Inglés) especializados para los juegos sexuales anales de, ya sea en pareja o en solitario. más adelante iremos dando consejos para confeccionar un ritual sexual que pueda conducirnos al éxtasis místico.


Los dildos, como podéis comprobar por las imágenes, los hay de todo tipo y condición, de plástico PVC, de goma o látex, de silicona rígida o silicona líquida, de metal, ya sea aluminio o acero quirúrgico y, lo que no recomendaremos jamás, de vidrio. 


Los dildos sexuales también se conocen como consoladores, instrumentos de relajación y de excitación de las terminaciones nerviosas del ano, incluida la próstata en los varones. Pueden ser manuales (Sin vibración), vibradores mediante un pequeño motor lineal o varios, y que, al mismo tiempo, pueden ser manejados directamente desde la base del dildo, donde se encuentra el control, o a distancia, mediante un cable unido al consolador o sin cable mediante algún tipo de señal electromagnética, ya sea bluetooth o wifi. Además estos instrumentos electrónicos que pueden llegar a superar los diez tipos de vibración, impulsión, giros helicoidales e, incluso, dilatación de su extremo pueden estar alimentados mediante pilas convencionales, doble o triple A o mediante baterías recargables gracias a un cargador incorporado o mediante conexión USB.


Dentro de los juguetes sexuales, encontramos una línea, VIP, de dildos que deben de ser utilizados mediante una máquina de tracción constituida por un motor, unas levas y un mando para poder variar la velocidad de penetración. Éstas máquinas, que rondan, en precio, nunca menos de los 140 Euros, son conocidas como máquinas sexuales o maquinas de follar.


En la penetración con dildos debemos de tener el mismo cuidado y precauciones que cuando usamos los dilatadores o plugs anales. Eso es muy importante con el fin de evitar accidentes y que podamos seguir practicando y disfrutando, durante mucho tiempo, la penetración anal. 


Como dijimos, el objetivo final no es el mero disfrute corporal sino el alcanzar el Éxtasis Espiritual mediante el Clímax del Orgasmo; pero el disfrute sexual, obvio, debemos de aceptarlo como un beneficioso efecto secundario y que, siempre, debemos de agradecer.


La cuestión de realizar la penetración anal mediante juguetes apropiados y no mediante el pene de un Hombre, aunque eso no quita que se produzca durante el proceso, se debe a la corta duración que, en general, poseemos los varones para mantener nuestro miembro erecto; sobre todo, una vez que se ha eyaculado. Por ese motivo utilizamos estos juguetes que no se cansan ni agotan y, en el peor de los casos, seguirán funcionando si les ponemos pilas nuevas, lo recargamos o no se cansa nuestro brazo o el de nuestra pareja.


La Penetración debe de realizarse suavemente y con delicadeza; pero, previamente habiendo dilatado el ano y cargado con abundante lubricante, preferiblemente, al agua. 


Comenzaremos un bombeo lento que iremos incrementando de forma progresiva, cuidando siempre que seamos conscientes de lo que estamos haciendo y pendientes de algún síntoma anómalo que nos impida continuar, como es el dolor o la obstrucción. Llegados a éste punto deberíamos de cambiar nuestro juguete por otro de menor calibre, más suave, por ejemplo cambiar a silicona líquida si estuviésemos usando PVC, látex o metal. El vidrio no lo recomendamos, sobre todo si estamos trabajando nuestro Ano en solitario, dado que podría resbalar de nuestras manos debido al lubricante, golpear el duro suelo y hacerse añicos, con el consiguiente peligro de cortarse en alguna parte del Cuerpo desnudo.


Pues bien, una vez alcanzado un determinado ritmo de velocidad de penetración, diferente en cada individuo, mantendremos ese ritmo constante; pero sin perder la cautela de mantener una adecuada lubricación. Recordad ésto último es importante y, probablemente, no lo repetiremos más adelante. 


Pero no queremos hacer spoilers; y el proceso ritual lo dejamos para nuestra siguiente Reflexión.


Frater Tony, (Hermano Lego R+C)